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Cientos de científicos, intelectuales y artistas abandonaron los antiguos territorios soviéticos para ir a lo que llamaría hogar. Este fue el ejemplo de Elizaveta Romanova, intérprete y compositora, que migró a Madrid.
Todo parecía ir bien, mucho mejor que en la Unión Soviética disuelta en la década de los 90, pero una tragedia doméstica se llevó por delante a su hija. Cayó en depresión y desapareció sin dejar rastro mientras componía su ópera prima, que se decía que iba dedicada a su hija fallecida.
Han pasado 30 años y se sigue sin saber nada de ella y de su obra. Aunque hace unos días el piso en el que estaba, y abandonado desde entonces, se ha puesto en subasta.
Habéis sido contratados para haceros pasar por el equipo de limpieza para adecentarlo para la subasta e intentar encontrar la partitura. Tenéis una hora para ello para resolver el misterio... ¿Lo lograréis?
Opiniones Sonata en 30m2